La semana pasada, en la Ciudad de México tuvimos contingencia ambiental. Fueron tres dÃas en donde la preocupación por el medio ambiente fue el trending topic en las redes sociales.
AsÃ, se abrieron varios debates sobre ¿cuál es el papel de la sociedad en estos casos? Además de la falta de un protocolo a seguir, de la recomendación de no salir de nuestras casas y las advertencias sobre respirar los tóxicos en el aire, se discutió bastante sobre la responsabilidad de que estuviéramos en esas condiciones.
A muchos les nació el amor por lo ecológico y fueron a tiendas de fast fashion por su popote ecológico (?), le llenaron los bolsillos a tupperware al comprar todas las botellas reutilizables de colores que tienen en su catálogo. Otros, siguieron fumando, usando popotes, quemando basura y utilizando el auto para ir a la esquina.
Los debates iban desde que nosotros tenemos toda la culpa, cayendo en una victimización, una culpa y sin saber qué hacer, hasta los que decÃan que todas nuestras acciones individuales no importan, porque las industrias seguirán contaminando aunque nosotros cambiemos nuestro modo de vida.
Lo cierto es que sà tenemos una responsabilidad en todo esto, sin embargo, ¡claramente no es toda!
Les resumo, en los años 80 se estableció una polÃtica Neoliberal que permite a las empresas invertir en el Estado, en América Latina estábamos pasando por una crisis de la deuda, lo que permitió al Neoliberalismo establecerse cómodamente en nuestros paÃses. Esto nos afecta pues las legislaciones se vueven laxas contra las empresas que contaminan, explotan a sus trabajadores y se aprovechan de los recursos naturales. AsÃ, las industrias que más contaminan son la agropecuaria, la textil, y la minera.
Sin embargo, nuestro modelo económico es el capitalismo, por lo que explotamos al capital humano y a los recursos naturales, en un ciclo sin fin.
Y el ciclo no termina porque sigue habiendo una demanda. Nosotros seguimos consumiendo productos de un solo uso, por lo que se siguen produciendo.
Es precisamente por el modo de vida que llevamos, en el que tenemos tanta prisa que preferimos comprar cosas en empaques desechables porque es cómodo, es barato y es rápido, pero este estilo de vida nos lleva al desastre. Todo el plástico que hemos usado en nuestra vida sigue existiendo, y es nuestra responsabilidad.
Ahora, claro que existe una responsabilidad diferenciada. Este término se ha usado por más de 20 años (ONU, 1992) y sin embargo, no queda muy claro todavÃa, porque en él se juegan intereses de los grupos hegemónicos, por lo que esta legislación todavÃa se está discutiendo y no se reforma a favor del medio ambiente.
En el siguiente post hablaremos entonces de lo que nos corresponde como individuos para frenar la contaminación.